Las vacaciones con niños en verano no deberían suponer un esfuerzo de planificación extra ni convertirse en fuente de preocupaciones. Muy al contrario, pensar en esos días de relax y desconexión solo tendría que ser motivo de felicidad y nervios, los que hacen que casi no podáis esperar a que llegue el día de salir por la puerta de casa con las maletas.
Especialmente, cuando tus hijos son pequeños, es buena idea ir a lo seguro. Elegir destinos que sabes que funcionarán y entornos amables y cercanos, que te den seguridad es un acierto. ¿Quieres saber por qué?
Vacaciones con niños en verano: las ventajas de acertar con tu elección de destino
Cuando se prepara un viaje a tierras lejanas, desplazamientos en avión incluidos, las vacaciones con niños en verano adquieren un mayor nivel de complejidad. No tiene que ver con esos momentos de darse un baño en la playa o salir a recorrer ciudades nuevas, sino con toda la “logística” del viaje, que puede plantear un reto a los padres si se tienen en cuenta inconvenientes como:
- La necesidad de estar preparado para las interminables colas del aeropuerto. Esto no solo impone una organización especial, atendiendo a peso y volumen, de vuestro equipaje, sino que os obliga a tener al día los pasaportes, llevar todo lo que los peques puedan necesitar en el viaje (comida, bebida, ropa de repuesto, pañales) y también algún entretenimiento para el tiempo de espera.
- La posibilidad de tener que vacunarse. Para poder viajar a algunos destinos es recomendable en unos casos y obligatorio, en otros, ponerse las vacunas prescritas por el Ministerio de Sanidad. Cuando las vacaciones con niños en verano se limitan al territorio nacional, este trámite se puede evitar.
- Comidas y bebidas diferentes. Hay niños que no comen de todo. Cuando esto sucede, los padres intentan buscar soluciones para lograr que su alimentación sea la adecuada. Asegurarles una dieta saludable en un país donde la tradición gastronómica es muy diferente a la nuestra puede salir bien… o no tan bien. Sabores picantes, ingredientes desconocidos o presentaciones de los platos con un toque exótico, pueden plantear un desafío adicional. A este habría que sumar la necesidad de consumir solo agua embotellada en algunos destinos.
- Aspectos relacionados con la seguridad. Se trata de algo en lo que no conviene pensar al planificar unas vacaciones con niños en verano, pero es un hecho. Hay lugares que, por riesgo social, político o climatológico, no resultan tan aconsejables para un viaje en familia.
En realidad, acertar con el destino es tan fácil como se quiera que sea. ¿A los niños les gustan los animales? Buscad una granja o un alojamiento rural. ¿Queréis tener tiempo libre para disfrutar de la naturaleza y ocasión para el descanso de verdad? Mirad qué enclaves en la sierra o la montaña se encuentran más cerca de vuestra localidad. ¿Os apetece daros un capricho en el plano gastronómico? Desayuno casero a mesa puesta, ensalada del huerto y lechazo a la brasa… ¿cómo suena eso?
Muy cerca de Madrid, en la granja El Enebral podéis daros el placer de disfrutar de una escapada en familia a la medida de vuestros gustos. Diversión para los peques, comodidad para los padres, excusiones variadas y oportunidad de vivir mil aventuras diferentes.
No necesitaréis hablar otro idioma, ni preocuparos del tipo de cambio, el bienestar está asegurado y la buena compañía también. ¿Has oído hablar de Inés y Ernesto? Son los ponys sobre los que los niños pueden cabalgar durante la sobremesa, mientras los padres disfrutan de la tranquilidad, las vistas y el gin&tonic del abuelo Fermín, con limonada casera. ¿Qué tal suena este plan para unas vacaciones con niños en verano?