Una vez se ha terminado la primera actividad del día con niños en El Enebral, dar de comer a los animales de la granja, los más pequeños corren a lavarse las manos y todas las familias entran en el comedor. Es la hora de desayunar.

El desayuno es una de las señas de identidad de El Enebral y el bizcocho de Loli, toda una institución… quienes ya lo han probado saben de lo que estamos hablando.

Desayunar en El Enebral

Todo en el campo sabe mejor, pero cuando al entorno natural le sumas detalles de calidad, el resultado es espectacular. Es lo que pasa aquí en la granja cada mañana, cuando las familias os reunís alrededor de la mesa para degustar nuestras especialidades de desayuno.

Lo primero que notarás al entrar al comedor es un agradable contraste de temperatura. Llegas del fresco de la mañana en la sierra y, al entrar a desayunar el calorcito acogedor de la calefacción y el que llega del horno de leña encendido con su lumbre te reciben.

Con una música muy agradable de fondo, es el momento de buscar cuál es tu mesa. Cada una tiene su distintivo con el nombre de la persona de la familia que ha hecho la reserva en tiza. Si tus peques ya saben leer, puedes encargarles la tarea de encontrar el nombre de mamá y papá, para que podáis acomodaros.

Hay que darse prisa, porque todo está listo. Mientras tus hijos les daban de comer a las cabras y las ovejas, en cocina han trabajado con intensidad para terminar a tiempo con la elaboración de un desayuno digno de reyes. ¿Qué es lo que más te apetece para empezar el día?

Bizcocho casero y pan de hogaza artesano en la granja El Enebral

Dicen que cuando se empieza la mañana con optimismo, todo el día sigue igual de bien. ¿Y qué más se puede pedir que desayunar a mesa puesta? Sobre ella ya está todo preparado. No falta de nada:

  • Jarra caliente de leche.
  • Jarra de leche fría.
  • Jarra caliente de café.
  • Zumo de naranja natural exprimido en el momento.
  • Cacao soluble para los niños o los mayores más golosos.
  • Un bizcocho casero buenísimo que lo hace la señora Loli.
  • Bizcochos de soletilla tipo melindros.
  • Tostadas de pan de hogaza.
  • Tomate natural rallado del huerto de El Enebral.
  • Mermeladas caseras.

La mayoría de alimentos que se sirven proceden del propio huerto o de los animales de la granja y la calidad es muy alta, algo por lo que destaca El Enebral. Es fácil acostumbrarse a un desayuno así cada día, ¡sobre todo por el bizcocho!

Además, si has llegado con buen apetito después de dormir bien y salir a respirar el aire fresco de plena mañana, puedes saciarlo ya que estás invitado a repetir todo lo que quieras de todo. No sólo eso, sino que, de vez en cuando, Loli saca alguna de sus nuevas apuestas para probar.

Se nota que es la que lleva la batuta en la cocina y para ella es fundamental que el sabor de cada plato sea impecable. Últimamente está experimentando con diferentes versiones de un bizcocho de chocolate que promete, pero hasta que el resultado no sea del todo redondo no lo pondrá sobre la mesa.

Y, después de este desayuno, sales con energía para visitar todo el pueblo, dar un paseo por el campo y disfrutar de todas las posibilidades de la granja con los niños.

La mañana es tuya y tienes varias opciones para olvidar el asfalto y el ruido de la ciudad. A menos de media hora puedes visitar pueblos rojos, medievales y lugares de interés cultural, aunque, si el desayuno te ha dado alas, te recomendamos que hagas alguna de las rutas verdes que rodean la zona, una ruta a caballo, un circuito en mountain bike o visites unas cuevas.

Tú eliges y luego nos lo cuentas, aquí los minutos transcurren de otra manera y siempre hay tiempo para una buena conversación, para hablar de lo que hemos visto y para pensar en volver a probar ese bizcocho que te espera en la mesa por la mañana, recién hecho, como a ti te gusta.