El contacto con la naturaleza es la primera motivación de quienes visitan la Granja El Enebral. Son familias como la tuya, que quieren alejarse del estrés de la ciudad, del ruido, del humo y de las prisas para desconectar, encontrar la paz y relajarse.

También vienen muchos padres con la ilusión de proporcionar a sus hijos una dosis de los recuerdos que con más cariño guardan de su infancia. Los viajes al pueblo, esos veranos de largas tardes, las aventuras con los amigos y el irreemplazable contacto con la naturaleza, protagonista de los momentos cumbre gracias a sus paisajes, fuentes, ríos, montes y animales.

mañanas en El Enebral

Aquí, en El Enebral, esa clase de experiencias están garantizadas y, dependiendo de la estación encontrarás un escenario diferente para tus días en familia. El verde intenso que contrasta con el azul del cielo de verano, la naturaleza en plena ebullición que caracteriza la primavera, los colores cálidos del otoño que regalan las mejores instantáneas, y la magia del invierno, que se siente más de cerca cuando hay una lumbre en casa.

El contacto con la naturaleza: los animales de El Enebral

Pero si hablamos de contacto con a naturaleza, a los más pequeños de la familia no les cabrá ninguna duda de quiénes son protagonistas. Son los animales de la granja.

En el establo aguardan cabras, conejitos, gallinas… ¿quieres venir a que les conozcan en persona?

A lo largo del fin de semana se organizan diferentes actividades que empiezan con la de darles de comer a primera hora de la mañana. De esta forma, se hacen las presentaciones y, en pocos minutos, cada niño encuentra a su favorito. El paseo en pony es otra de las experiencias más esperadas. Tenemos dos, uno “experto” en los niños mayores y otro “especialista” en los chiquitines de la casa.

Pero lo mejor es que no hay que esperar, el establo está siempre abierto. Así que, si no sabes dónde están tus niños, puedes preguntar allí… Cada vez que les apetezca pueden acercarse a ver lo que hacen sus nuevos amigos del mundo animal o a jugar con ellos. ¡Igual se animan a darles un poco de pienso!

El encanto principal de la granja es precisamente este contacto tan directo con la naturaleza, que se descubre desde el momento en que se nota que no hay ruido, que estamos lejos de la ciudad.

 

Horas de naturaleza en la granja cerca de Madrid

No hay ni un solo minuto que se desaproveche de las horas en la granja. Solo hace falta ver a los niños:

  • Entrando con total naturalidad en el establo. A donde pueden acudir siempre que lo deseen, salvo si las vallas están cerradas. Esta excepción responde a razones de peso para cortar el paso, como puede ser la visita de las vacas de los vecinos.
  • Jugando en la zona común, donde los niños hacen mucha relación con otros de su edad. Allí, en la zona común que se abre frente a las casitas los juegos no paran. Es un área vallada y muy segura, con espacio suficiente para dar cabida a todos.
  • Conociendo a los perritos de El Enebral. En la granja ahora mismo también hay dos perros, Truman y Kiko, que tienen algo más de seis meses. Los niños están locos por ellos, un cariño recíproco.

Aunque es difícil quedarse con un solo momento del fin de semana en la granja El Enebral, es una imagen muy agradable ver a unos niños jugando a fútbol, otros con los perritos y algunos sacando los juguetes de la salita interior al jardín. El marco perfecto para unos días en familia, donde también hay ocasión para que los padres se relajen y se dejen llevar por las buenas vibraciones del lugar, tomando algo en las mesas exteriores, con las puertas de las casas abiertas, disfrutando de unas vistas espectaculares y escuchando el silencio que rodea a la granja.

Desconexión total con la ciudad, increíble para para un buen rato en familia y perfecta para quienes buscan retomar o descubrir los beneficios del contacto con la naturaleza.